El arte es ser familia
Tras cuatro años de espera, César y William recibieron la llegada de su hijo Johan Sebastián.
"Bienvenido, Johan"
Por: Jhon Esteban Rodríguez Peña

Fotos: Cortesía César Salcedo

En el Caribe colombiano, los senderos de la capital del Atlántico se abren para reflejar el espíritu alegre y hospitalario de sus habitantes, donde el amor y la pasión se manifiestan plenamente. Entre globos y obsequios, se define una bienvenida muy especial para una familia; es un evento que ocurre solo una vez en la vida y deja una huella imborrable en el corazón. El mes de agosto de 2024 quedará grabado en la memoria de César Salcedo y William Del Toro, una pareja de esposos de la ciudad de Barranquilla que, durante cuatro años, estuvieron en el proceso de coincidir con su hijo Johan Sebastián.
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​Son pareja desde hace nueve años y se casaron hace cuatro, justo en el momento en que tomaron la decisión de ser padres. En 2020 iniciaron el proceso con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para brindarle su hogar a un niño o una niña. “Como pareja gay enfrentamos estigmatización; sin embargo, tenemos mucho amor para dar. Somos capaces de formar a un niño con valores y contribuir a un cambio en la sociedad. Este es nuestro granito de arena”, comenta César.


César comparte que el proceso incluye diversas pruebas psicológicas y psicotécnicas, así como entrevistas tanto individuales como en pareja. “El ICBF garantiza que el niño llegará a un entorno seguro y que sus derechos no serán vulnerados”, afirma. Tras ser aprobados como pareja adoptiva, enfrentaron un largo tiempo de espera, llenos de expectativa e incertidumbre. Pasaban los meses y seguían en la lista de espera; cada día reafirmaban más su deseo de ser padres. “El proceso te pone a prueba y te hace cuestionar si tu deseo es lo suficientemente fuerte para ser la persona merecedora de garantizar un espacio seguro para tu hijo o hija”.
En junio de 2024, recibieron la noticia de que Johan ya estaba en camino. “Es milagroso todo lo que tuvo que suceder, todo lo que hizo Dios para que Johan esté aquí con nosotros”. Desde sus primeros días como novios, su matrimonio, la decisión de ser padres y el enfrentar cada obstáculo que se presentó en su camino, todo les confirmaba que estaban listos para recibir a un hijo en su hogar. Antes de la llegada de Johan, se prepararon con todo lo necesario para ofrecerle una cálida y acogedora bienvenida: su habitación y ropa estaban listas, y el amor que tenían para darle no podía esperar más.
César y William tuvieron el privilegio de compartir esta experiencia tan significativa con sus familiares y amigos, quienes, al igual que ellos, vivieron el proceso con gran emoción y esperanza. El 19 de agosto, organizaron una pequeña fiesta para darle la bienvenida a su hijo, rodeados de sus seres más cercanos y algunos miembros del ICBF. La celebración estuvo llena de sonrisas, abrazos y lágrimas de felicidad, un momento que marcaría un antes y un después en sus vidas, simbolizando no sólo la llegada de Johan, sino también el apoyo incondicional con el que cuentan.


Tres meses después, César afirma que su hijo se ha adaptado muy bien a su hogar y a la compañía de él y su esposo. “Estos primeros meses han sido maravillosos”, un tiempo que les ha demostrado lo fortalecidos que estarán en el futuro. Con el paso de los días, la felicidad de su familia crece, reafirmando que cada momento vivido juntos los acerca más a un futuro lleno de amor y, sobre todo, confirmando cada vez más que son la familia que siempre estuvieron destinados a ser.

